viernes, mayo 24, 2019

Tarde de otoño



Un sábado de otoño, lo recuerdo perfecto, era otoño de enciclopedia, nublado y templado, mi rincón favorito. Pantalón celeste, camisa a cuadros, suéter tejido a mano gris y azul, zapatón café, cara de despiste algo transpirada, ocho años a cuestas, el niño de siempre, el otro. Mientras decidíamos, sentados en el pasto de Mauricio, si jugábamos penales o partido peleado sentimos el estruendo, luego de un segundo de duda nos percatamos de lo ocurrido, dos metros de arena y dos de ripio para don Tulio, era un regalo del cielo, bendita tarde de otoño, plena tarde de amigos, ni
Sábados Gigantes nos entró al calor de hogar, uno de los mejores días de mi vida, no se si ahí comencé a adorar el otoño o había nacido con eso. Cuando sea niño diría Facundo, cuando sea niño.

Hasta entonces nunca me habían aterrado de esta forma los aeropuertos. (El camino de regreso, Isamel Serrano)   
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