lunes, marzo 10, 2014

azaroso



- Que gusto encontrarme contigo.
- Es un gran gusto...

Cuatro años me tomó producir el casual encuentro de esa mañana, cuatro años de cálculos  exactos y teorías soñadas. Nuestro último encuentro fue producto del azar, pero no manipulado, puro y limpio como ella, mas no podía dejar  al destino nuevamente la tarea. En dos oportunidades tuve que abortar la misión en el último minuto, una paloma y un cartero fueron los culpables del fracaso anterior, pero esta mañana todo había salido según el programa, estaba todo bajo control y ella frente a mí era la prueba de mi éxito. Seguía siendo la misma, su sonrisa dejaba ver ese porfiado diente que me encantaba, que la volvía humana, su pierna mantenía la cicatriz y su voz seguía recordando las sirenas de Odiseo, sólo sus manos habían envejecido, pero seguían moviéndose con entusiasmo al hablar.
- Te llamo más tarde para que coordinemos la cena...
fue lo último que escuche antes de que el destino se la llevara en el parachoques de un camión sin frenos entorpeciendo el sábado.
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